Por la noche, intentando descansar, nunca había sentido tantos bichos e insectos a mi alrededor.
No iba a saber, que las 4 picaduras de la araña que me carcomió el brazo esa misma noche, iban a ser mis compañeras de viaje durante todo el camino.
Se iba conformando el primer grupete, con 3 valencianas, Jerika, Marieta y Gemma; Antonio, caditano, y yo.
El objetivo era Bodenaya, del cual nos separaban casi 30 kilometros. Para colmo de males, surgió un imprevisto apenas comenzada la etapa...
Luego de equivocarnos de camino, gracias a mi, recorrimos mas de 2 horas varios kilometos por una montaña con destino a nada. Las caras que quedaron fueron estas. Antonio ni me queria mirar. Es que no habia ninguna flecha por el camino correcto, y por el camino que al final decidimos ir (yo a la cabeza) tenia una flecha blanca. Maldita flecha blanca para los cazadores. Lo mas fuerte de todo, es que no fuimos los unicos que nos equivocamos de camino. Un señor de unos 50itantos años, tambien iba decidido por ese camino. Cuando nosotros decidimos dar la vuelta, ya que no veiamos mas que un camino medio abandonado y arboles por todos lados, el señor siguio por el mismo, confiando en que iba a conducirlo a algun lado. No supimos mas nada del hombre. Lo que si nos enteramos, fue que ese camino erroneo, conducia ni mas ni menos al lugar de donde lo cogimos. Tremendo. Ademas de caminar 2 horas para nada, luego retomamos el camino que nunca tuvimos que abandonar, que iba practicamente bordeando la carretera, y a los 200 metros habia un mojón de madera indicando que ese si era el Camino a Santiago... Mas abajo también esta la foto conmigo y Antonio, que otra vez, ni mirar la camara quiere... Lo siento nene.. lo siento pequeñas.
Luego de recorrer varios kilometros bajo un poderoso sol, los pies pedian descanso a gritos. Con el grupo nos fuimos separando, y junto a compañero antonio, fuimos los primeros que llegamos a la "Fuente de Santiago", lugar al que llegamos luego de recorrer un camino que parecia infinito (arriba hay una foto) y 0 arboles. Con antonio y luego cuando llegaron las compañeras, ni lo dudamos, los piesesitos merecian una agradable y refrescante mojada. El agua de la fuente estaba congelada, por lo que no podias mantener los pies mas de 10 segundos... pero que alivio por Dios...
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